La agencia nace en Luxemburgo, en el 1953, en paralelo a la primera comunidad Europea del carbón y el acero. Para entonces, explica Marina Gazzo, la empresa es familiar, pequeña, tan sólo tiene 3 corresponsales. Todo se escribe en francés y posteriormente se traduce al inglés. Más tarde, explica Lidia Gazzo, en el 1960, hubo un cambio en la gestión de la información. “Si antes tenían que correr tras los comisarios, ahora se han creado portavoces”. Las reuniones a nivel europeo son formales y generan mucho más volumen de información. Es entonces cuando la agencia se traslada a Bruselas y aumenta sus corresponsales a 12.
La reputación de la agencia se debe también al seguimiento que ha hecho del Parlamente Europeo desde sus inicios. Ahora, sin embargo, el trabajo de las instituciones se ha hecho más amplio, puesto que hablamos de 27 países. A pesar de esta magnitud, las hermanas afirman que han mantenido la relación de cercanía y amistad que, al principio, ya había establecido su padre.
Con todo, las hermanas reconocen la gran responsabilidad y la tarea compleja que llevan a cabo tanto ellas como el resto de periodistas que trabajan en Agence Europe. Comentan, para acabar la charla, que el perfil de periodista que debe entrar en AE es de una persona joven, con conocimientos de economía y de derecho constitucional, pero, sobre todo, con voluntad de aprender y trabajar. El conocimiento de idiomas es, igualmente, básico: inglés, francés, pero también alemán y español. El dominio de los idiomas es importante en la medida que cuanto más descifres por ti mismo, menos dependes de traductores. En el mismo sentido, se ha de ser una persona abierta, flexible, que sepa trabajar en equipo, con espíritu crítico y humilde.
La labor de las hermanas y el resto de la plantilla de Agence Europe se ha visto este año premiada por
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