miércoles, 16 de abril de 2008

A veces, los extremos se tocan

A principios del siglo pasado Walter Lippmann, un periodista muy influyente en Estados Unidos, teorizó acerca de la opinión pública. Más adelante escribió un libro que se convertiría en obra de referencia: Public Opinion. En él, se habla de los estereotipos como formas de simplificar la compleja realidad. Según el periodista, percibimos el mundo exterior a través de estereotipos, es decir, mediante una serie de ideas y tendencias, más o menos homogéneas, que se han creado entorno a una cuestión de interés público. Este, podríamos decir, posicionamiento en temas determinados permanece en el imaginario colectivo y se exterioriza cada vez que se evoca la temática en cuestión.


En este sentido, cuando se plantea hablar sobre Risto Mejide es evidente que partimos de unas ideas preconcebidas sobre el personaje. Nos caiga bien o no, es obvio que a todos se nos dibuja en la mente su estereotipo: el miembro del jurado de Operación Triunfo que nunca se quita las gafas de sol, alguien tremendamente sarcástico, con opiniones afiladas y unos comentarios, mayoritariamente, ofensivos. El malo malote de OT. El estereotipo está claro. Ahora hay que posicionarse sobre si esa sinceridad chulesca es positiva o si, por lo contrario, es un profesional poco riguroso y un tanto descarado.


Hablando desde una perspectiva un tanto alejada, puesto que no sigo de cerca los pasos de Risto, diría que tanto la falta de hipocresía como su tono mordaz forman parte del mismo roll. Con esto no quiero decir que su personalidad sea un montaje, ni mucho menos. Supongo que una persona que se ha licenciado en Dirección de Empresas en la Universidad de Barcelona ESADE, que, además, tiene su propia agencia de publicidad, Aftershare.tv, alguien que imparte clases de creatividad en un Postgrado de Comunicación y Publicidad, que participa en medios como el ADN, Punto Radio y Onda Zero y que publica un libro, entre otras muchas cosas, goza de una formación y una experiencia, tanto profesional como vital, excelentes. En definidas cuentas, es todo un profesional del cual Telecinco está orgulloso de haber fichado.


No tengo datos estadísticos, pero me atrevería a decir que ha habido mucha gente que se ha enganchado a OT simplemente por escuchar las opiniones de Risto en las galas. Partimos de que sus comentarios tienen un trasfondo profesional o, como mínimo, es capaz de verbalizar lo que a muchos se les pasa por la cabeza cuando ven esas puestas en escena tan lamentables. Sin duda, Mejide se encarga de hacer caer a los participantes del reality show de la bellísima nube musical en la que creen que han entrado. Sin embargo, a mi esto me suena a una estrategia mediática, algo así como el poli malo y el poli bueno.


Tengo la impresión de que, a parte de subir tremendamente la audiencia, este miembro del jurado intenta legitimar la validez del reality. Me explico. Risto aparece como un personaje increíblemente crítico. Es alguien a quien no le importa caer mal, una persona que se considera muy sincera, nada hipócrita. Es, al fin y al cabo, un personaje mediático con su propio estilo, auténtico, que no se deja llevar por la corriente. Es, casualmente, todo lo contrario a lo que los chicos y chicas de OT quieren ser: algo original. Original si no fuese porque hay extremos que se tocan. Qué suerte tienen los concursantes de recibir la valoración de alguien que no les va a hacer la pelota. Y, seguramente, les hace abrir los ojos.


Así pues, mis cuestiones primordiales son: ¿qué hace una persona con, aparentemente, tal criterio musical dando coba a un concurso de calidad tan precaria (pues él ya habría echado a más de la mitad)? ¿Es el héroe de la música que va salvar sólo a los mejores? Y mi segunda duda: ¿no desacredita un poco a los demás miembros del jurado, a los mismos seleccionadores? Menudo buen rollo trabajar con alguien que se lleva toda la credibilidad y te deja en la penumbra... A no ser... que todo sea una asignación de papeles para seguir haciendo que todos los amigos de las futuras estrellas se gasten entre 50 y 60 euros semanales en mensajes para salvar la ilusión de sus vidas: ser ¿cantantes?. O, ¿ser famosos?, ¿simplemente salir por la TV?...


En fin, quizás este planteamiento no es ningún apunte dentro de las líneas generales del estereotipo que se genera entorno la opinión pública de la gran oportunidad que ofrece Tele 5 y, muy especialmente, Operación Triunfo para todas aquellas jóvenes promesas en el panorama musical.



viernes, 4 de abril de 2008

Yvonne, princesa de Borgonya


Joan Ollé dirige en el Teatro Lliure de Barcelona “Yvonne, princesa de Borgonya”, una de las obras claves de la literatura de vanguardia del siglo XX, del escritor polonés Witold Gombrowicz. La obra se centra en el poder y la fragilidad de la condición humana.

“Yvonne, princesa de Borgonya”, narra la historia del príncipe heredero de Borgonya que, aburrido de su rutinaria vida y con su voluntad de reafirmar su libertad, decide actuar contra las leyes de la naturaleza y casarse con una plebeya. Paralelamente, recoje la vida de la princesa Yvonne, fea, ingrata y apática. Un personaje casi mudo que guardará su enigma hasta el final de la obra. Yvonne, además, se prestará a adoptar todas las formas y significaciones que los demás quieren ver en ella.

Para Joan Ollé, “Yvonne, princesa de Borgonya”, es un clásico contemporáneo, un cuento sobre el príncipe azul y la rana que mezclan registros tan diferentes como el cuento romántico, el vodevil, la opereta, o la tragedia shakesperiana. Según Ollé, se trata de una pieza maquiavélica porque nos enseña la parte oscura del poder y nos hace una sátira sobre los humanos.

La obra está protagonizada por 12 actores. En el reparto encontramos a Ivan Benet, en el papel de príncipe, así como a Rosa Muñoz, bailarina que se estrena como actriz en el papel de Yvonne. También encontramos a Lluís Marco, Àngels Poch, Joan Anguera, Núria Borràs, Georgina Cardona, Cristina Genebat, Oriol Guinart, Aina Huguet, Hans Richter i David Vert.

El montaje se podrá ver en la Sala Fabià Puigserver del Teatre Lliure hasta el 27 de abril.

CARA B, el nuevo disco en directo de JORGE DREXLER


El pasado martes, uno de abril, Jorge Drexler presentó su primer disco en directo. El disco, llamado Cara B, es un álbum doble que resume lo vivido en siete conciertos realizados en Cataluña a finales del año pasado.

El cantante y compositor uruguayo apuesta por este directo, después de ocho discos de estudio, ya que, según él mismo afirma, le gusta la alternancia. Tanto es así que este álbum presenta una apuesta sonora muy curiosa. Drexler cuenta que junto con sus técnicos de sonido, Matías Cella y Campi, han ido grabando el sonido ambiente de los conciertos para luego incorporarlo en el disco. La experiencia ha consistido, pues, en usar al público como coro, grabarlo y editarlo en vivo. Campi, por su parte, ha recorrido las localizaciones de la gira y ha recopilado los sonidos más característicos de cada ciudad. Por ejemplo, encontramos que en Manresa registró el sonido de la estación de tren; en el Prat grabó los avisos de megafonía del aeropuerto; en el Borne, las bicis...

Cara B, por lo tanto, se presenta como un disco rompedor. Y es que según el mismo Drexler, no quiere ser un recopilatorio, sino que, como su propio título indica, pretende ser la cara menos evidente. Por eso no aparecen sus singles. Por eso, también, hay versiones de músicos no habituales, en idiomas que no suele utilizar. El disco presenta tres canciones inéditas: Dove sei? escrita a medias con Leonor Walting, en inglés, italiano y castellano. Gracias, compuesta hace un par de años y Fractura de escafoides tarsiano derecho.

Drexler estrenó sus nuevas canciones en la inauguración, la pasada noche del jueves, del 19è Festival de Guitarra de Barcelona, un clásico de la programación musical de la ciudad que, este año, presenta un cartel bastante ambicioso. Al recital acústico del uruguayo se incluyen destacados conciertos como el que celebra los 15 años de trayectoria del grupo manresano Gossos o el que conmemora medio sigle de Milton Nascimiento&Jobím Trió.

Por lo que hace a futuras propuestas, Jorge dice que no tiene intención de preparar ningún nuevo disco. Parece que ahora está trabajando intensamente para el cine. Ha hecho ya un par de canciones para las películas de Gerardo Herrero y el director argentino Daniel Burman. Al parecer, y en sus propias palabras, escribir música instrumental le llena de alegría.

miércoles, 2 de abril de 2008

Muchachito i Veracruz, el do d’unir les arts


Allà on toqui, Jairo Perera allarga els seus concerts a més de tres hores. Més de tres hores amenes, mogudes, rialleres; més de tres hores impregnades del característic missatge optimista de Perera. Històries d’amor, de desamor, relats de personatges autèntics, d’altres de ficció; si més no, sempre temes distrets, explicats de forma planera i, sobretot, amb molta barra.

Així va ser la seva posada en escena el passat dijous a Faktoria d’Arts, a Terrassa. Un local no gaire gran, però ple de gom a gom. Una festa que, tot i que va començar amb ¾ de retard, es va allargar amb una dinàmica sorprenent. Muchachito Bombo Infierno va presentar el seu nou treball “Visto lo visto”, tot i que també va intercalar cançons antigues i, fins i tot, d’altres autors: el públic va embogir amb la banda sonora de La Pantera Rosa i El Muerto Vivo.

Als peus, el bombo; a les mans, la guitarra; amb la veu, les cançons. El barret al cap i l’armilla, que no faltin. Un cantant, sens dubte, força polivalent; un músic forjat a foc lent; un clar exemple d’ascens en el panorama musical. “Queridos amigos, es un placer en este artículo presentar al genuino, al increíble, al único, al nuestro, nuestro”: Muchachito, Muchachito Bombo Infierno.

El català va començar passant el barret pels carrers de Barcelona. Més endavant, va ampliar la seva trajectòria amb viatges i trobades amb altres músics de carrer. Va muntar un grup, el 1997, anomenat Trimelón de Naranjus. La banda va treure dos discos i va romandre unida fins el 2001. Més tard, Perera va reunir una gran colla de músics que donen sentit a Muchachito Bombo Infierno.

En efecte, són tots aquests inputs els que enriqueixen l’experiència de què l’artista desprèn la seva inspiració. Un talent que, com no podia ser d’una altra manera, reflecteix la vivència de Muchachito: abundant en ritmes, en històries i en colors. Una barreja que impregna el seu estil, anomenat mestissatge (també rumbòxing). Aquesta nova tendència és una fusió entre la rumba, el reggae, el swing i el rock, entre altres. Ojos de Brujo i Macaco, a tall d’exemple, també pertanyen a aquest estil.

La fusió d’arts en Muchachito va més enllà de la mescla d’estils: surt de la percussió per impregnar-se a les parets. Les cançons animades de la banda fan volar la inspiració de Santos de Veracruz, qui s’encarrega de la part plàstica i visual de cada concert dibuixant a un llenç els components del grup. Als directes, les mans i el pinzell d’aquest pintaor són instruments seduïts incontrolablement per l’emoció, la gratitud, la bellesa. Tal i com afirma ell, “escoltes una cançó, sents que et pessiga, sents que et posa la pell de gallina, i penses: l’han escrit per a mi”. Al final, com si es tractés d’una sobtada sinestèsia, Perera i Veracruz tenen el do d’unir les arts.