miércoles, 20 de febrero de 2008

La corte de Heian y la cultura de élite

Breve comentario sobre el escrito llamado "Historias de la corte de Heian. Homenaje a Shikibu Murasaki y las damas de la corte. El todado o una decisión en la universidad", por J. M. Perceval.


El escrito sobre la corte de Heian es una sátira que relata un proceso imperial de la corte japonesa con gran minuciosidad. A mi entender, percibo la voluntad de plasmar un triple objetivo con estas líneas.


En primer lugar, el hecho de plasmar detalladamente este mecanismo imperial nos hace entender que se trata de un proceso verdaderamente lento y complejo. Lejos de querer hacer entender al lector cada una de las fases del proceso, y como segundo objetivo, se intenta plasmar un símil con la complejidad kafkaiana que suponen las gestiones bien empresariales, bien universitarias.


En un tercer eje, y tocando de pleno con lo que nos incumbe, la cultura de élite queda reflejada aquí en un doble sentido. Hay diversos elementos remarcables para justificar que el texto pertenece a una cultura de élite: es evidente que no resulta habitual conocer tantos datos acerca de la corte japonesa de Heian. Además, presentar la denuncia en forma de sátira requiere un dominio exhaustivo, mesurado, agudo y mordaz sobre los elementos a criticar; un dominio que aún queda más patente con la soltura con la que se desarrola el escrito.


Con todo, y aunque el mensaje del texto llega al público, se marca una cierta distancia entre el lector y el autor, puesto que en la mayoría de casos, el primero va a desconocer gran parte del contenido japonés. Esto puede ser positivo en la medida que el lector lo tome como una lección e interiorice las especificidades de la corte. Sin embargo, sospecho que, exceptuando mentes privilegiadas y descontando que seguramente retendremos algunas curiosidades, la lectura de un texto cargado de particularidades, como es este, no suele cuajar con plenitud en el receptor. En este sentido, queda plasmada la perversidad que se puede derivar de la cultura de élite cuando lo que pretende es ser un elemento diferenciador, un marcador de prestigio, una distinción basada en el dominio de una cultura lejana y desconocida, como es la japonesa, y que, por ello mismo, resulta interesante, exótica y admirable dentro del imaginario colectivo europeo.


Pasamos ahora a la hipotética situación de que el lector tenga una ligera idea sobre el funcionamiento y las características de la corte de Heian. En este caso, hay una cultura de élite implícita dentro de la cultura de élite que representa el escrito. Y es que, de hecho, la cultura de élite se desarrolló en las esferas más altas de la corte. Así pues, si captáramos esta doble aparición de la cultura de élite entenderíamos el guiño del autor.


Con todo, podríamos incluso considerar este esfuerzo como un añadido a la concepción de la cultura de altos niveles. Podríamos, entonces, considerarlo aún más perverso, o bien percibirlo como un aplauso para aquel que alcanza estos entendimientos.

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