miércoles, 20 de febrero de 2008

«Quique, eres necesario»

El pasado viernes 15 de febrero Quique González reunió alrededor de 850 personas en el Casino L’Aliança de Poblenou. Presentó su nuevo disco, Avería y Redención nº7, así como a su nueva banda: La Aristocracia del Barrio. No voy a dar más datos sobre ello, puesto que El Periódico lo recoge bastante bien en su crónica “Un narrador sin miedo”.

Lo que me gustaría remarcar a mí son algunos detalles más subjetivos sobre la puesta en escena de Quique.

La verdad, es que temíamos que fuera a centrarse demasiado en el nuevo álbum, dejando un tanto de lado temas antiguos. Además, sospechábamos que igual la nueva banda no iba a ser capaz de transmitir lo mismo que en conciertos anteriores. Todo ello eran sólo absurdas hipótesis. De hecho, creo que el del viernes pasado fue uno de los mejores conciertos de Quique.

La Aristocracia del Barrio desprende una fuerza brutal. Javi Pedreira es todo un mito de la guitarra eléctrica. Además de protagonizar unos solos increíbles, controlaba él mismo muchos de los efectos de sonido (distorsiones y estas cosillas...). Karlos Arancegui a la batería desprendía igualmente una energía vital. Menudo dominio y coordinación entre los platillos, los bombos y... sí, ¡la maraca! En la primera canción del concierto, Y los conserjes de noche, Karlos tomó un protagonismo increíble, pues logró que el público estuviera aún más expectante, inquieto, emocionado, con los ojos llenos de chispas y un retumbar que casi nos hacía balancear. Jacob Reguilón, el bajista, transmitía la típica serenidad derivada de la paciencia del bajista.

Con todo, se hacía evidente en cada acorde que el grado de complicidad entre los miembros de banda es increíble. No solamente fueron capaces de insertar alguna que otra variación a sus canciones, sino que también reprodujeron con estilo propio, a la vez que fieles, las canciones de los antiguos Taxidrivers. En el mismo sentido, Quique dio mucho protagonismo a toda la banda, también a Mac, el productos, y a Ángel Medina, el ingeniero de sonido. Incluso compartió piropos y vítores con Javi.

El escenario no podía ser más idóneo. Nos alejamos de grandes estadios, muchedumbres, empujones y demás. Estamos en el Casino l’Aliança, una especie de teatro. Todos sentados, a pesar de querer estallar en cada estribillo.

Quique sale al escenario y enciende una lamparilla de noche que se levanta a su lado. Se pone una boina, y empieza a tocar. No olvidó su camisa a cuadros ni su chaleco, aunque no acudió a la harmónica en ninguna canción.

El ambiente es acogedor, Quique es el de siempre. Los vítores se escuchan constantemente, pero no en masa. Eso sorprende, pero aún me sorprendió más cuando tocó Palomas en la quinta. Fue entonces cuando dejó cantar al público. Era una canción de los primeros discos, así que nos ponía a prueba. Y nosotros, fieles, cantamos respetando sus susurros, su tono, sin gritar; algunos aún sentados, otros de pie, pero en el sitio. Realmente era una audición.

El repertorio de canciones también es digno de ser comentado. Es cierto que se dedicó principalmente a las del nuevo trabajo. Sin embargo, a pesar de Salitre, no retomó las canciones que más se esperaban como Personal, Cuando éramos reyes, Rompeolas, Pequeño Rock&roll, Hotel los Ángeles... sino que eligió algunas que, por lo menos a mí, me sorprendió que recuperara, como por ejemplo Deportado, Suave es la noche... Realmente me gusta que sea capaz de dejar las más pedidas y retome aquellas que parecen un poco olvidadas. Eso me hace confiar en que, a pesar de que cada vez es más conocido, su criterio siempre está por encima de lo comercial.

También me sigue sorprendiendo que sea capaz de echar a la banda del escenario para cantarnos, él y su guitarra, una canción inédita, y luego sea tan tímido a la hora de hablar. Se relaciona bastante con el público, aunque habla mirando al suelo, cosa qu

e a veces dificulta que se le entienda. Esa modestia es un punto muy positivo a su favor, o así lo considero yo.

Este hombre realmente es un genio. Invito a todo el mundo a conocerle

un poco más a fondo. Y solamente hago esta invitación porque quiero que podáis admirar su trabajo y darme la razón... pero prohíbo que lo convirtáis en algo comercial o de masas!!!!!!!


La canción inédita...




3 comentarios:

ElDelMedio dijo...

M'agrade el teu blog corazón! Ja fa molt temps que no charrem.... buubuuu que mal se me a dado siempre el catalán jeje

Espero que te vaya todo muy bien y sigas con esa sonrisa que te caracteriza siempre! y esos rizos! jeje


Un abrazo amor

Tomás dijo...

Una crònica molt treballada. Malgrat que només tinc ulls per a Carlos Chaouen li donarem una oportunitat. No tots els amors neixen a primera vista ¿no? Si Serrat i Sabina volten per Espanya junts, ¿no podem somiar en una dupla Chaouen- Quique? El futur els hi pertany.

Roger dijo...

Si he de ser sincer, he escoltat més aviat poc de la discografia de Quique González, de tal manera que no diré res que no es sàpiga sobre el cantautor, i és més, no crec que tampoc sigui la persona més indicada per jutjar la seva música, però no em puc resistir fer un comentari.

Pel que crec jo, Quique González em sembla un model singular i atípic del pop-rock espanyol (ara no discutiré sobre si la seva obra és d'un estil o d'un altre, ja que els límits entre pop i rock són més aviat difuminats). El motiu de la singularitat? Alguns crítics musicals l'han etiquetat com un cantautor del segle XXI, que ha seguit la tradició marcada per Serrat, Aute o Sabina. Però González no segueix aquesta pauta. A mi em fa pensar sobre la influència que ha tingut el rock nord-americà en el cantant madrileny. Ja sé que són odioses les comparacions, però el particular estil de Quique González em fa recordar bastant a Neil Young. Fora comparacions i etiquetatges, Quique segueix l'estil "Quique González", perquè em sembla tan original la seva aportació en el rock nacional, que ha creat un estil propi. D'aquesta aposta singular, estic totalment d'acord en què Quique ens és necessari, i pel meu criteri, és un dels millors artistes en quant a qualitat musical en el panorama nacional, juntament amb Los Planetas i Antònia Font.

Intrigant adjectiu és el mot "comercial". Alguns fans anomenats "alternatius", han utilitzat aquesta paraula per qualificar negativament les cançons o discs que entren al món del "mainstream", de les grans companyies discogràfiques. No em queda cap dubte de què tots els artistes volen vendre quant més discs, millor. El que no queda clar és si aquesta venda es fa creant obres musicals de qualitat. Per a mi, "comercial" singifica tot aquell grup o artista que preval l'objectiu mercantil i econòmic enfront d'aportar música de qualitat. Així, no necessàriament l'artista que més ven ha de ser nefast musicalment ni crear obres prefabricades, ni l'artista que només ven en un cercle de seguidors mal anomenats "alternatius" ha de crear una obra necessàriament bona. Però aquest tema ja és qüestió de gustos, tot i que alguns ho porten fins a l'extrem de la discussió verbal i el "talibanisme" musical. Si vendre més discs podria implicar que Quique González no edités discs de qualitat, doncs millor que no es converteixi en un fenomen comercial, tal i com dius.

Salutacions